El aullido de Nyalor. Sesión 8

Durante la noche, Lucio se da cuenta de que un sátiro espera expectante en el lindero del bosque. Con cautela se aproxima al cadáver de Caladria. El gran Forjator aprovecha ese momento para, con la ayuda de un conjuro de invisibilidad lanzado por Qrenq, acercarse al sátiro sin ser detectado. El norteño descubre su posición y decide ayudar a enterrar el cadáver de la anciana. Enón, así se llama el sátiro, cuenta a los personajes que es hijo de Caladria. Su madre lo repudió cuando era un niño y tuvo que aprender a vivir en el bosque. Relata también que las brujas de Ethrillia han sido seducidas por el Errante de la Montaña, un especie de criatura semidivina emparentada con Fijje, uno de los aspectos de la diosa, señora de las cimas, los vientos, el aire puro y las montañas, y se han transformado en arpías a su servicio. El Errante de la Montaña merodea por los alrededores del Pico de las Piedras Púrpuras. La madre de Enón, con su particular pragmatismo, decidió colaborar con las arpías para conservar el pellejo y beneficiarse a costa de sus malparados vecinos.

Con esta valiosa información los personajes se ponen en camino en dirección a Ethrillmarín, la ciudadela de Lord Mabuse, a la que consiguen llegar al final de la jornada. Mika se adelanta para informar de lo ocurrido a su señor. Al caer la noche, una pareja de soldados viene a buscar a los personajes y los conducen ante Lord Mabuse. El noble anciano después de escuchar su relato les ofrece su hospitalidad no sin antes mostrar cierta suspicacia.

Durante la cena los personajes se dan cuenta de que entre los comensales sentados a la mesa de Lord Mabuse se encuentran algunos nobles de Carnothia.



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