El aullido de Nyalor. Sesión 9

Los personajes disfrutan de una opípara cena sentados a la mesa de Lord Mabuse. Han averiguado que Luva de Carnothia y Lord Mabuse pretenden contraer matrimonio. Circulan rumores de que Inanion, para afianzar a Molia en el trono, desterró a Luva, de la que además se cuenta que puede ser una bruja. Esta boda serviría para romper el encantamiento. 

Lord Halicax, señor de Puerto Gris, reconoce a Lucio y le reta a cantar la canción que le condujo al exilio. El bardo recoge el guante  y entona una canción particularmente obscena que hace las delicias de los comensales. La respuesta del público provoca que el sádico Lord Sarnak de la marca Arnaica,  guarde sus cuchillos para otro momento.

Arrastrado por un impulso irracional, el gran Forjator aborda al consejero de Lord Mabuse y la conversación termina con una sonora bofetada del norteño que derriba al consejero. Fildgaard mantiene la sangre fría y obliga al gran Forjator a que acuda por su propia voluntad a las mazmorras silbantes. 

Al terminar la cena los personajes se escabullen para tratar de averiguar a dónde han llevado al gran Forjator. El monje no ha estado perdiendo el tiempo y ha conseguido zafarse de sus captores antes de ser arrojado a una oscura y húmeda celda del castillo. 

En ese mismo momento algo extraño sucede, la temperatura baja y el ambiente se enrarece. Los personajes se encuentran con Aurora, la difunta esposa de Lord Mabuse, que les pide que acaben con la vida de Fildgaard para librar a su marido de su pérfida influencia y den al traste con el compromiso del anciano con la reina de Carnothia.

Los acontecimientos se disparan, Lucio arroja a un guardia desde lo alto de la muralla y su grito alerta al resto del castillo. Los personajes se esconden  mientras se activa una búsqueda para dar con su paradero. Tras deshacerse de dos guardias en un oscuro callejón del castillo los personajes valoran como proceder a continuación.


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