Psicogeografía y juegos de rol


Hoy me he lavado la cara y las manos con la primera luz del alba dejando que el agua se llevase todos mis miedos y mis mierdas. Una mirada limpia para poder ver con mayor claridad.

Sabes, necesito muy poco para pasar una buena tarde. Hace mucho frío ahí fuera. Sentémonos alrededor de esta mesa y conversemos un rato. Vayámonos a algún lugar lejos de aquí. He preparado café y pastas. Pongamos algo de música de fondo y soñemos con palabras hasta que la noche nos sorprenda. 

Un cuervo de tres ojos se ha posado en el alfeizar de la ventana y observa con curiosidad lo que ocurre en el interior. El gran guerrero ha dejado su espada junto a la puerta y el orador ha sustituido el verbo florido por un lenguaje un tanto zafio. Un amigo puede ver más allá de las apariencias. Un amigo no espera nada más que reconocerse en la mirada de su viejo compañero de fatigas, saber que ha sido fiel a uno mismo. Enorgulleceos de lo que habeis sido y de lo que no habeis sido también.

Toma cualquier juego de la estantería de los sueños. Cada uno de estos tomos está imbuido en un poder extraordinario. No han perdido ni una pizca de su magia con el paso de los años. Abramos juntos el portal y crucemos al otro lado. ¡No sabes cuanto he echado de menos este lugar!

Dice la wikipedia que la psicogeografía es una propuesta del situacionismo en la cual se pretende entender los efectos y las formas del ambiente geográfico en las emociones y el comportamiento de las personas. Una de las estrategias más conocidas de la psicogeografía, aunque no la más importante, es la deriva. No sé Joe, pero esto suena a lo que llevamos haciendo años con los colegas. Hemos cambiado la ciudad por la ficción. No sabemos con certeza a dónde nos conducen nuestros pasos. A través de nuestra imaginación encontramos la poesía en la incerteza. Nuestros sentimientos y emociones cambian mediante la exploración de paisajes fantásticos o quizás sean nuestros sentimientos y emociones los que modelan el paisaje.


La deriva, deambular, es un recorrido a pie sin itinerario ni objetivo. Como si del arenero de un director de juego de la vieja escuela se tratase. Ellos no exploran personajes sino localizaciones y todavía no se han dado cuenta que aman como el hombre de hojalata que anhelaba un corazón. 

Porque todos nos hemos sorprendido en algún momento de esa parte de nosotros que sale a la luz a través de nuestro personaje. A veces ellos nos controlan y nos muestran cosas y si sabemos escuchar quizás nos reporten puntos de experiencia al regresar a nuestro mundo. Existe un hilo de plata entre nosotros y nuestros personajes como el que une a la gente que se aventura en el plano astral.

Nuestra conversación nos conduce a lugares insospechados. Deambulamos, nos dejamos llevar por nuestras palabras. El tiempo pasa a un ritmo distinto allá que acá. El tiempo vuela porque nuestra imaginación también puede volar, si la dejamos. Un hilo tejido con palabras, aferrémonos a la conversación para no extraviarnos en los infinitos océanos de la posibilidad. 


Cuando el viejo manual regresa a la estantería, al finalizar la videoconferencia, nos despedimos de nuestros compañeros de viaje. Cuando regresamos a la realidad y el despertador suena a la mañana siguiente...

Algún gracioso citó a Carl Jung en Runequest: Aventuras en Glorantha. De forma accidental, no lo creo:

Si derribas los muros que confinan tu visión, y si la inmensidad y su incertidumbre sin fin te inspiran miedo, entonces despierta en ti el antiguo estupor cuyo mensajero es el pájaro blanco. Allí en el torbellino del caos habita la eterna maravilla. ¡Tu mundo comienza a ser maravilloso! El hombre no sólo pertencece a un mundo ordenado, también pertenece al mundo maravilloso de su alma.

No cuentes nuestro secreto a nadie.

Nunca.

Buenas noches.



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